Conocer los cuadros modernos más famosos puede ser una buena manera de introducirse en el fantástico mundo del arte contemporáneo. Para la gente que no conoce el arte, es importante introducirse poco a poco y a través de obras de las que seguramente habrán oído hablar alguna vez. Por eso, con este post intento recopilar algunas de las pinturas modernas mundialmente conocidos y explicar qué los hace únicos.
Top 5 cuadros modernos famosos
Paul Cézanne – La montaña de Santa Victoria (1902). El artista pintó varias vistas de la misma montaña, pero esta fue la última de ellas y la más evolucionada. Se le considera el padre del cubismo e incluso de la pintura moderna. La obra de arte de Cézanne desfragmenta el proceso de mirar y revela la infinita complejidad de su experiencia. Trata a la naturaleza mediante conos, cilindros o esferas todo para otorgar una perspectiva adecuada.
Pablo Picasso - Las señoritas de Aviñón (1907). Sin duda uno de los cuadros modernos más valorados, que ya es decir, del pintor español. Está pintado al óleo sobre lienzo y en la actualidad se puede ver en el MoMa de Nueva York. Este cuadro marcó el inicio de su Periodo Africano que fue anterior al cubista. Rompe con las normas del realismo, la dimensión espacial y el ideal del cuerpo femenino.
Henri Matisse - La Danza (1909). La obra representa a cinco personas de diferentes sexos que bailan en círculo dándose la mano. Este es uno de los cuadros modernos donde los protagonistas andan completamente desnudos, que es un tema recurrente para algunos autores de la época como el mismo Matisse. La obra refleja fascinación por el arte primitivo a la vez que transmite liberación emocional. Se encuentra expuesta en el Museo del Hermitage en San Petesburgo.
Kazimir Malévich - Cuadrado negro (1915). El más simple, extremo y definitivo trabajo abstracto pintado a principios del siglo XX es este cuadrado negro. En los cuadros modernos, el cuadrado es considerado como el elemento artístico más elemental y puro, el representante de la sensibilidad no objetiva. Esta obra supuso un giro en la evolución de Malévich en el mundo de la pintura.
René Magrite - La traición de las imágenes (1929). En realidad es una sucesión de cuadros modernos, pero el más famoso es el que representa una pipa e incluye la inscripción "Esto no es una pipa". La artista defendía que el cuadro no era una pipa, sino una simple representación de una pipa y que como nunca se podría llenar como el objeto real, nunca podría ser considerado una pipa y por eso no podía escribir en el cuadro "Esto es una pipa".
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